"(...) La obra regenera este proceso (una suerte de feedback) de manera distorsionada o pervertida (con perturbaciones); la falta de definiciones/explicaciones hicieron que, en un momento dado, me viera obligada a crear un nuevo objeto que refleje lo interno; materializar el constructo ideacional que en teoría nació en mí exclusivamente (a raíz de experiencias vividas, o lo que sea) sabiéndolo completamente cognoscible al haberlo creado yo misma; objeto precioso que es la proyección tangible (¡vaya! oferta atractiva) esperando ser incorporada por sus potenciales espectadores/comensales. Un intento de superar el "trauma" al percatarme de la división naturalmente impuesta (interior/exterior) nacida de motivaciones narcisistas; prolongándome en el objeto vuelvo-a-ser. Ahora claro, la libre interpretación del contenido puede llevar a contradicciones, que son siempre bienvenidas. Esta es mi venganza: que el espectador sea un sádico morboso y a su vez un masoquista por disfrutar de mi espectáculo visceral. Indistintamente puedo ser activa o pasiva, mientras en ese instante el espectador sea lo opuesto. Aquí radica el factor terapéutico: unir conceptos bifaces, juntar las partes y cerrar la herida que dejó el enfrentamiento entre “lo externo” y “lo interno” estableciendo un nexo comunicacional que reestablece la continuidad escindida que acuñó al yo a costa de la separación del mundo percibido por estos mismos sentidos. Es como si (el) yo intentase reunirme(se) con aquello (mi consciencia o lo que me dice que soy) que es de por sí un reflejo distorsionado de lo externamente percibido que es lo que supuestamente se conoce y se sabe que es." Texto completo aquí.
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