El Sacrificio

Eyes attach to your mute portrait

We spoke only through thoughts

Together we gazed, awaited

Hours brought thirst and the rising sun

Opeth – Black Rose Immortal


La imagen original fue recubierta por los eventos; sí, como con pinceladas fue pintando la escena final que culminó en lo inevitable… Dibujaron sobre la alegría las líneas que procedieron a tacharla; contornearon el dolor y la posterior resignación; colorearon la ausencia con azules y grises y un rojo frío, muy frío… Demasiado frío para evocarnos a la vida implícita en la sangre así el corazón ya no esté latiendo.


Estaba vivo, aún palpitaba en mis manos; blando y cálido, intentaba bombear el líquido rojo al cuerpo del cual había sido extraído… Pero estaba vacío ya; no servía para nada. Aún así, insistió en latir por un rato más, y fue entregado cuando estaba tibio y aún palpitando, tal como había sido requerido.



Do not turn your face towards me

Confronting me with my loneliness

You are in a forest unknown

The secret orchard

And your voice is vast and achromatic

But still so precious


-¡No, no lo hagas!- exclamó el Segundo.

-¡Ten piedad de ella!- le exige el Tercero.


El Primero no los mira; se limita a cumplir su tarea… Tiene una misión y debe ejecutarla. No puede dejarse seducir por las plegarias de la futura sacrificada, ni por sus lágrimas, ni mucho menos por sus voluptuosidades que le ruegan en silencio, que le imploran que las disfrute y las mantenga… No. No puede sucumbir a la tentación; esta es una misión divina, una tarea encomendada por El y es consciente de su papel: se sabe tan sólo su servidor, un soldado más.


-Mírala, ella sufre… ¿Cual es el punto, por qué hacerlo?

-Ella confió en ti, se entregó sin temor; jamás pensó que acabaría en…

-¿Por qué le obedeces tan ciegamente?

-¡Líbrate, líbrate! ¡El mundo es tuyo y también lo puedes convertir en lo que tú desees, tal como El lo hace!


Ni los escucha ya; está harto de la cobardía de los Otros. Siempre tan piadosos, siempre tan manipulables. Los desprecia hasta en lo más profundo de su ser; no, ellos qué van a poder cumplir misión tan difícil, seres abyectos, pobres débiles… El Primero lo sabe y es por eso ha sido el Elegido. Es más que ellos y eso lo motiva y le da el valor del cual a veces carece (porque, bueno, hubiese querido quedarse tanto con ella; así se lo niegue una y otra vez él la quería para sí) y la aceptación sin cuestionamientos de que hay cosas que deben hacerse por el bien de todos. Ha crecido escuchando historias de que la sangre calma la ira de los dioses, que una muerte no es nada si la comparamos con los beneficios que disfrutarán todos, que ella será recibida al otro lado como una reina, y será feliz, sí, más feliz que aquí. El hace lo correcto y no hay conflictos ni culpas. Tan sólo sentirá orgullo…


Lullaby of the crescent moon took you

Mesmerized its kaleidoscopic face

Granted you a hollow stare

Another soul within the divine herd


-El débil eres tú- le grita el Segundo, sabiendo lo que piensa como si fuese él mismo.

-Una oveja más de su rebaño… Otro asesino que le hace el trabajo sucio- se indigna el Primero.


Procede a cogerla por la cintura mientras ella gime, aterrorizada. Lo mira implorándole por su vida, arrepintiéndose por no haberla apreciado en su momento… ¡Oh, que estúpida que había sido! Cómo no supo aprovechar lo que tenía, ser feliz cuando podía, hacer tantas cosas, soñar otras tantas… Ahora era demasiado tarde, pronto sólo habría oscuridad; atesoró sus pensamientos muy consciente de que eran los últimos, y cerró los ojos ante lo inminente.


-¡Sabemos que no quieres hacerlo!

-¡NO LO HAGAS!

-¡DETENTE! ¡TEN PIEDAD!


Pero su puño ya está por los aires, y baja a una velocidad inconmensurable… La penetra; ella es tan suave, tan fácil se quiebra…


-¡NO! ¡No…!- mira con tristeza a otro lado el Segundo.

-¡Por favor…!- le pide llorando el Tercero, quien se tapa los ojos.


Es muy tarde ya. Su interior es húmedo y muy caliente; resbaloso, acogedor. Albergó el puño con naturalidad, y fue fácil encontrar el palpitante tesoro: la fruta madura que buscaba en el árbol de su cuerpo, y cuando la obtuvo, la arrancó sin dudarlo.


***


Arriba, la mano extendida. La sangre le cubrió el rostro; no la podía ver pero la sentía, y alargó su brazo con el palpitante trofeo para entregarsela a aquel que la requería con vehemencia.

“Es lo correcto. Estoy orgulloso.”

Sí, yo también estoy orgulloso, he sido ejemplarmente valiente; se repite una y otra vez muy bien, muy bien, mientras intenta menguar con esas palabras la incómoda sensación que ahora él percibía en el lugar en donde se supone debía estar el fruto rojo que le daba la vida.





I have kept it

The awakenth symbol

Hidden inside the golden shrine

Until we rejoice in the meadow

Of the end

When we both walk the shadows

It will set ablaze and vanish


Black rose immortal


*Pinturas por J.G.



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